Todo el mundo necesita un hogar

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada y preservada, y la máxima autoridad en todos los asuntos de fe y práctica (2 Timoteo 3:16; Salmo 119:89).

Dios es una persona, que existe eternamente como una Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; tres Personas y, sin embargo, un solo Dios (Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; 1 Corintios 8:6).

El hombre fue creado a imagen de Dios, pero cayó por el pecado, lo que trajo consigo no solo la muerte física, sino también la muerte espiritual: la separación de Dios. Ahora toda la humanidad está totalmente depravada, habiendo heredado una naturaleza pecaminosa, y es pecaminosa en pensamiento, palabra y obra (Génesis 1:26-27; 2:16-17; 3:6-19; Romanos 3:10-23; 6:23).

Jesucristo regresará en cualquier momento para reunir a su iglesia y recompensarla por su servicio. Los incrédulos que queden atrás pasarán por la tribulación, tras la cual Cristo regresará físicamente a la tierra para establecer su reino bajo mil años de gobierno justo. Después de esto, los incrédulos de todas las épocas comparecerán ante el Gran Trono Blanco para ser juzgados y arrojados al Lago de Fuego, separados de Dios para siempre, mientras que los creyentes pasarán la eternidad en la plenitud del gozo en el Cielo con el Señor (Mateo 24:29-42; 1 Tesalonicenses 4:16-18; Apocalipsis 19:11-20:15).

Jesucristo es el Hijo unigénito de Dios. Fue concebido por el Espíritu Santo, nació de la virgen María, vivió una vida sin pecado y fue crucificado para pagar el castigo del pecado de toda la humanidad (Lucas 1:30-35; Juan 1:1-15; Filipenses 2:5-8; Colosenses 1:15).

La iglesia local es un grupo de creyentes salvos por gracia mediante la fe y bautizados por inmersión, que se reúnen para la edificación, la exhortación y la evangelización, según el mandato de Cristo en la Gran Comisión (Marcos 16:15; 1 Corintios 12:12; Efesios 1:22-23).

El hombre está perdido y debe nacer de nuevo para entrar al Cielo. La salvación es solo por gracia, mediante la fe personal en la obra consumada de Cristo en la cruz, y está disponible para toda la humanidad (Juan 1:12; 3:3-7; Efesios 2:8-9).